Los autores se han reunido esta semana en Incheon, Corea del Sur, para finalizar sus hallazgos y no son nada halagüeños. El informe señala que se necesitaría un esfuerzo global masivo, mucho más agresivo que cualquiera de los que hemos visto hasta la fecha, para mantener el calentamiento en línea con 1,5°C, en parte porque el planeta ya está en camino de subir hasta los 3ºC de media de la temperatura para 2100. E incluso si solo subiera hasta el objetivo de los 1,5°C, el planeta todavía se enfrentaría a cambios masivos y devastadores. Así que el informe es bastante sombrío.
En el informe se comparan las consecuencias de subir 1,5ºC y 2ºC. Por ejemplo, para 2100, el aumento del nivel del mar global sería 10 cm más bajo con un calentamiento global de 1,5 ° C en comparación con 2°C. La probabilidad de un Océano Ártico libre de hielo marino en verano sería una vez por siglo con un calentamiento global de 1,5 ° C, comparado con al menos una vez por década con 2°C. Los arrecifes de coral disminuirían en un 70-90% con un calentamiento global de 1,5°C, mientras que prácticamente todos (> 99 %) se perderían con 2ºC.
Es un atronador mensaje llamado a la acción, aunque presenta las herramientas que hay a disposición de los gobiernos y de la sociedad en general para mitigar el calentamiento global y acelerar el giro hacia una energía más limpia.
“Uno de los mensajes clave que se desprende con fuerza de este informe es que ya estamos viendo las consecuencias del calentamiento global a 1°C a través de un clima más extremo, el aumento del nivel del mar y la disminución del hielo marino en el Ártico, entre otros cambios”, ha dicho Panmao. Zhai, Copresidente del Grupo de trabajo I del IPCC.
Se espera que en 2030 el límite de los 1,5ºC ya se haya alcanzado y que continúe avanzando hacia temperaturas peligrosas. Las olas de calor serán más frecuentes e intensas. Habrá más tormentas y serán más dañinas. Subirá el nivel de los océanos por encima de las previsiones. Estos eventos pueden tener un efecto multiplicador que le costará al planeta mucho más que perder vidas humanas y ocasionar graves daños materiales. Las inundaciones costeras pueden crear una crisis de refugiados que, a su vez, puede provocar conflictos armados, por ejemplo.
En este momento, sin embargo, solo un puñado de países están en camino de cumplir los objetivos establecidos en el acuerdo de París. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero siguen aumentando, e incluso los países que más luchan contra el cambio climático, como Alemania, están en camino de perder su posición.
De hecho, aunque todos los países cumplieran con sus objetivos climáticos, se alcanzarían los 3ºC en 2100. Mantenerse en un aumento del 1,5°C necesita de un impulso mucho más fuerte, en términos de política, economía y tecnología. Los activistas del cambio climático han comparado el esfuerzo al de una guerra mundial.
Requeriría reemplazar la mayor parte de las centrales de combustibles fósiles del mundo con alternativas más limpias. Conduciría al mundo a electrificar todo el sistema económico. Los legisladores necesitarían rediseñar las ciudades para permitir un transporte más limpio. Y los gobiernos tendrían que pagar sus emisiones a un precio lo suficientemente alto como para incluir los costes sociales del carbono.
Otras opciones que incluye el informe son medidas de reforestación, mejores prácticas en el manejo de la tierra y bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS).
El pronóstico más severo del informe detalla el esfuerzo que se requiere para limitar el aumento de las temperaturas hasta los 1,5°C. Los países no solo tendrán que renunciar a los combustibles fósiles y dejar de emitir gases de efecto invernadero, tendrán que eliminar todo el dióxido de carbono que existen en la atmósfera.
“Todas las vías de mitigación compatibles con la limitación del calentamiento global a 1,5°C para 2100 implican la eliminación del CO2 de la atmósfera”, según el informe. Y no por poco, sino por mucho, más de 180 gigatoneladas de dióxido de carbono para finales de siglo. Esto requerirá tecnología geoclimática que elimine el dióxido de carbono del aire, así como biocombustibles junto con la captura y el secuestro de carbono. Estas tácticas tienen sus propias demandas de energía y desventajas ambientales, y es posible que no se puedan implementar a tiempo.
“Existe una alta probabilidad de que los niveles de eliminación de CO2 implícitos en los escenarios no sean factibles debido a la escala y velocidad requeridas de despliegue y las compensaciones con los objetivos de desarrollo sostenible”, según el informe.
Los países también tendrán que hacer cambios drásticos en las prácticas de uso de la tierra. Parte del calentamiento que se produce también obligará a millones de personas a retirarse de las costas. “El nivel del mar seguirá aumentando durante siglos”, según el informe.
Tampoco hay mucho tiempo para actuar. Debido a que se necesitan décadas para que la acumulación de dióxido de carbono influya en la temperatura del planeta, se exige reducir las emisiones del planeta en un 45% para 2030.
Los autores del IPCC insisten en que este informe no es un documento político, pero es difícil evitar el subtexto político.
El informe tira por tierra la tentación de hacerse ilusiones de que la humanidad limitará sus emisiones por sí misma o que se puede desarrollar tecnología para compensar todos estos problemas. Muestra que incluso en el mejor de los casos, el escenario más optimista, las decisiones difíciles están por venir.
Aún así, la organización ecologista Amigos de la Tierra critica que la comunidad científica haya incluido escenarios que se apoyan en el uso injustificado de tecnologías no probadas para reducir la concentración de carbono en la atmósfera. Algunos escenarios contemplan el uso de métodos tan arriesgados y desconocidos como la Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS), la baza estrella de los partidarios de la geoingeniería climática. Diversos estudios certifican que estas medidas no solo no garantizarían una disminución de partículas de carbono en la atmósfera, sino que además generarían diversos problemas adicionales especialmente entre las poblaciones más empobrecidas.
Pero, según los ecologistas, el informe también demuestra que se puede mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 1,5 grados sin depender de geoingeniería, compensaciones y otras falsas soluciones.
Este informe especial sale a la luz en un momento crucial; en la próxima Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP24) en Katowice, las diversas Partes están obligadas a presentar una propuesta sobre la mesa de negociación. Conviene recordar que, a fecha de hoy, 181 países han ratificado su voluntad de “mantener el incremento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C respecto a los niveles preindustriales y limitar el aumento a los 1,5 grados”.
Para el caso europeo, esta información es especialmente relevante, ya que los Ministros de Medio Ambiente de todos los Estados miembro se reúnen el 9 de octubre para discutir conjuntamente la posición europea para la COP. A día de hoy, las cifras que manejan los 28 para cumplir con París son insuficientes.
“Este informe especial certifica lo que ya sabíamos: en estos momentos nos encontramos en un estado de emergencia climática, y las políticas que pongamos en marcha durante esta década determinarán nuestro futuro”, ha advertido Héctor de Prado, responsable de clima y energía en Amigos de la Tierra. El técnico añade que “el clima no es un juego de azar, es un problema serio que afecta a toda la ciudadanía, pero no del mismo modo: para algunas personas, la cuestión del medio grado arriba o medio grado abajo, es realmente una cuestión de vida o muerte”.
Fuente: elperiodicodelaenergia.com
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